Según Daniel Raichvarg
(1994), la palabra "ambiente" data de 1921, y fue introducida por los
geógrafos que consideraban que la palabra "medio" era insuficiente
para dar cuenta de la acción de los seres humanos sobre su medio.
El ambiente se deriva de
la interacción del hombre con el entorno natural que lo rodea. Se trata de una
concepción activa que involucra al ser humano y, por tanto, involucra acciones
pedagógicas en las que quienes aprenden están en condiciones de reflexionar
sobre su propia acción y sobre las de otros, en relación con el ambiente.
Desde otros saberes, el
ambiente es concebido como el conjunto de factores internos biológicos y
químicos y externos físicos y psicosociales que favorecen o dificultan la
interacción social. El ambiente debe trascender entonces la noción simplista de
espacio físico, como contorno natural y abrirse a las diversas relaciones
humanas que aportan sentido a su existencia. Desde esta perspectiva se trata de
un espacio de construcción significativa de la cultura.
El desarrollo de la noción
de ambiente ha derivado a otros ámbitos como los de la cultura y la educación,
para definir dinámicas y procesos específicos que otros conceptos o categorías
no permiten.
Según lo manifiesta Lucié
Sauvé (1994), el estudio de los diferentes discursos y la observación de las
diversas prácticas en la educación relativa al ambiente ha permitido
identificar seis concepciones sobre el mismo:
1. El ambiente como
problema para solucionar este modelo intenta llevar al estudiante a la
identificación de problemas ambientales después de apropiarse de unos
conocimientos relacionados con la investigación, evaluación y acción de los
asuntos ambientales.
2. El ambiente como
recurso para administrar. Se refiere al patrimonio biológico colectivo,
asociado con la calidad de vida. Por ser un recurso, el ambiente se agota y se
degrada, por ello se debe aprender a administrarlo con una perspectiva de
desarrollo sostenible y de participación equitativa.
3. El ambiente como
naturaleza para apreciar, respetar y preservar. Ello supone el desarrollar de
una alta sensibilidad hacia la naturaleza y su conocimiento y la toma de
conciencia de que somos parte de ella.
4. El ambiente como
biósfera para vivir juntos por mucho tiempo. Lo cual invita a reflexionar en
una educación global, que implica la comprensión de los distintos sistemas
interrelacionados: físicos, biológicos, económicos, políticos.
Desde esta noción se
otorga un especial interés a las distintas culturas y civilizaciones y se
enfatiza el desarrollo de una comunidad global (ciudadanía global)
·
AMBIENTES DE APRENDIZAJE
Son varias las disciplinas
relacionadas de alguna manera con el concepto de ambientes de aprendizaje,
también llamados ambientes educativos, términos que se utilizan
indistintamente para aludir a un mismo objeto de estudio. Desde la perspectiva
ambiental de la educación, de la ecológica, de la psicológica, de la sistémica
en teoría del currículo, así como enfoques propios de la etología y la
proxémica, entre otros, se ha contribuido a delimitar este concepto, que
actualmente demanda ser reflexionado dada la proliferación de ambientes
educativos en la sociedad contemporánea y que no son propiamente escolares.
Conceptualizar los
ambientes educativos desde la interdisciplinariedad enriquece y hace más complejas
las interpretaciones que sobre el tema puedan construirse, abre posibilidades
cautivantes de estudio, aporta nuevas unidades de análisis para el tratamiento
de problemas escolares y sobre todo, ofrece un marco conceptual con el cual
comprender mejor el fenómeno educativo, y de ahí poder intervenirlos con mayor
pertinencia.
En la contemporaneidad la
escuela ha perdido presencia en la formación y socialización de los jóvenes, y
cohabita con otras instancias comunitarias y culturales que contribuyen a ello,
como los grupos urbanos de pares y los medios de comunicación. En
correspondencia con ello, las grandes transformaciones de la educación en los
últimos años suponen el establecimiento de nuevas modalidades y estrategias de
formación y socialización, que le confieren a la Pedagogía un claro
sentido social que rebasa los escenarios escolares, dirigiéndose a la atención
de problemas asociados con la exclusión, los conflictos socioeducativos y el
desarrollo humano de los sujetos y las comunidades, en escenarios que no son
necesariamente escolares.
La emergencia histórica de
"nuevos" escenarios para la Pedagogía , sobrepasando los tradicionales
linderos escolares que la monopolizaban, se remonta a los años sesenta en
Latinoamérica con las experiencias educativas lideradas por comunidades e
instituciones, con ideales liberacionistas en contextos de marginación,
explotación económica y dominación política.
Igualmente, la educación
se halla "descentrada" de sus viejos escenarios como la escuela, y
sus prácticas, actores y modalidades han mutado y traspasado sus muros para
extender su función formativa y socializadora a otros ambientes, como la ciudad
y las redes informáticas, a sujetos que no son necesariamente infantes, sino
también adultos, y mediando otras narrativas y saberes que escapan a la
racionalidad ilustrada centrada en el discurso racionalista del maestro y en el
libro, vehículo cultural por excelencia desde la Ilustración.
·
Aprender activamente en ambientes educativos dinámicos
Autor: Erik de Corte
Localización: Prisma, ISSN 0797-8057, Nº. 11, 1999 (Ejemplar dedicado a:
Nuevos temas en la educación) , págs. 5-19
El presente artículo se
ocupa de la creación de ambientes de aprendizaje lo suficientemente dinámicos y
poderosos como para que estimulen a los estudiantes a aprender a aprender, a
pensar activamente y a resolver problemas con habilidad. Basándose en
resultados de investigaciones anteriores, propone cuatro componentes básicos
para el logro de esas metas: conocimientos específicos (que hacen al contenido
de una materia), métodos heurísticos, habilidades metacognitivas y aspectos
afectivos, y se detiene especialmente en el tratamiento de la metacognición y
las ideas previas. Luego de describir las características de los procesos de
aprendizaje efectivos, el autor presenta ambientes de aprendizajes poderosos y
dinámicos en los cuales los estudiantes están motivados y realizan procesos que
les permiten alcanzar los resultados esperados. El aprendizaje es concebido
como un proceso activo, cooperativo, progresivo y autodirigido, que impacta
directamente en la concepción del vínculo alumno-docente.
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