sábado, 3 de marzo de 2012

En preescolar, el salón debe retar al niño


Establecer un método que le permita a los estudiantes poner a prueba sus sentidos y capacidades, donde se identifique con el semejante, esa es la nueva educación.
Por DANIEL RIVERA MARÍN | Publicado el 26 de febrero de 2012
Provocadoras. Que inviten al juego, a la exploración de la vida, a la interacción, al reconocimiento de las habilidades propias y de los pares. Así deben ser las aulas de los preescolares modernos.

Espacios blancos, grandes, de mesas y sillas coloridas, con juguetes que retan a la mente, a las habilidades creadoras. Así prefieren las aulas los pedagogos y los psicólogos.

Claudia Teresa Muñoz , licenciada en dificultades del aprendizaje escolar y directora de la institución Recordar para el acompañamiento escolar, cree que es muy importante que en los espacios los niños se sientan verdaderamente cómodos, "que imiten la sala de una casa, muebles cómodos, que no sean rígidos, eso permite un mejor desempeño en otros espacios".

Además no puede faltar ninguno de los materiales que el estudiante necesita, deben estar ahí, al alcance, sin la necesidad de que él tenga que llevarlos. "Lo que está en el aula debe llevar a los resultados".

La revolución preescolar
Y es que la educación preescolar dejó de ser un formalismo de la academia. Luz Enith Sierra Lopera , licenciada en educación preescolar y gestora del componente pedagógico del programa Buen Comienzo de la Alcaldía de Medellín, cree que el cambio se debe a que en los últimos 20 años se ha empezado a investigar esta modalidad de escolaridad y ya no es un tanteo, ni una improvisación de crianza.

Así, con esa mirada académica, se entrevieron las necesidades, suma Luz Enith, pues ahora se entiende que los niños necesitan ambientes que potencien su desarrollo, que estén de acuerdo a sus ciclos vitales, que puedan interiorizar el conocimiento de maneras más lúdicas y desde la experiencia y interacción humana.

Aunque es muy importante ese contacto con los profesores, que más que nada son guías, los nuevos ambientes preescolares deben convocar a los pequeño a que transporten, guarden, saquen, conozcan cualquier objeto que quieran utilizar. "Que las cosas no dependan del adulto. Los ambientes deben posibilitar la capacidad de asombro", sentencia Luz Enith.

Volviendo a lo estético, la gestora de Buen Comienzo, cree que la tendencia a que los salones sean blancos, es porque los niños son los que deben poner el color, ellos, su vida y sus creaciones, "que deben ser cambiantes, nada puede ser estático".

Antes, hace unas décadas, la educación de la primera infancia giraba alrededor del profesor y lo que tenía para dar. Hoy no, hoy todo gira al rededor del estudiante, de lo que necesita, de lo que el exterior le puede ofrecer.

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